Los muertos se diseminan en mi piel,
explotan por mis narices,
se divulgan en mis pupilas,
desgarran mi sexo,
me dan caricias, ríen.
Están en mi alcoba,
en mis libros, en las macetas del jardín –en las flores-,
abarrotan las iglesias, las veredas y los parques,
acaparan a diario –los diarios-
y de noche se van de juerga.
Cadáveres perversos,
cadáveres sutiles,
inocentes, enamorados, arrogantes muertos,
equivocados, certeros, perfumados, malolientes,
despiadados, tercos,
muertos, muertos, muertos.
Inundan los cuadros, mis versos, remedan locura,
perduran en las sombras,
son luces, rocío, colores,
se los percibe en el ruido –en la calma-
abruman portarretratos, efebos –veteranos-,
bajan las escaleras –suben-,
se emborrachan, hacen la paz –la guerra-,
comen salchichas, eructan miserias
muertos, muertos, muertos.
El cementerio –vacío- aguarda expectante.
***
Soy un
reptil áspero y seco
descascarado
gris
triste
rastrero
tenue
descreído
inoportuno
imperceptible.
Tengo
flagelos que me cubren
olvidos
metáforas
sed
hambre
desierto
arena
roja
risa de
caracol
dolor
amnesia
quebranto.
Muero
con el día
fantasmas
escombros
acertijos
destierros
desvelo
disfraces
exilios.
Soy un
reptil
igual
quiero tus pétalos.