Dejame
Disfrázate
de río.
Desborda en mi cuarteado territorio
tus mansas aguas, dulces, tibias,
pero déjame
cuando puedas volver sobre tu cauce
la próspera bondad de tierra fértil.
Disfrázate de luna.
Despliega en este valle de canela
exhausto, torpe, inútil,
tu blanca seda.
Al rendirte al bostezo trasnochado
déjame la frescura del rocío.
Disfrázate de orilla
en este inexacto límite entre ambos
irregular, pendiente, resbaloso.
Soborno de frontera
donde entre guerrilleros y soldados
levantemos el puente de un te amo.
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Discrepancia
Urge
sosiego,
temperancia,
racional proceso,
replanteo de lo inevitable,
análisis acucioso,
táctica efectiva
sobre vivencia
en esta estrategia de sentirnos.
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Ruptura
La noche fue un combate de silencios,
el delirante esfuerzo por no decirnos nada
evitando rozarnos las pupilas.
La noche fue un combate de silencios,
una calma precisa entre la luna,
algún que otro bostezo y esos gatos.