Escritora, poetisa y docente nacida en Caracas (Venezuela) en 1956. Maestra normal. Reside
actualmente en la ciudad de Buenos Aires, Argentina.
Ha sido publicada en diversas revistas Web y Blogs:
Herederos del Caos
Resonancias Org.
Azul Arte.
Mis poetas contemporáneos.
Revista digital literaria “Letralia” (Venezuela)
En papel las antologías “Poesía Iberoamericana
del siglo XXI, tomos I II y III”
editadas en México por la Sociedad Internacional de Poetas y Escritores
(SIPEA).
Revista literaria del Grupo Cultural “Pie de Página” en su país.
En URL www.sanesociety.org. Y http://espanol.agonia.net/
Finalista del concurso II Antología Digital
de Poesía: “UNA VOZ EN EL ABISMO”, de la Revista Remolinos. (Perú)
POEMAS...
Soledades
de metal.
Las manos sudan
sus fragancias de verano.
El aroma inconfundible del
mutismo
perturba el asfalto
con algún pachulí viajero.
Todos vamos
sobre la misma ruta.
Sobre los mismos rieles retraídos
del silencio.
Hay tanta gente aquí
que nuestras soledades
se estrellan.
ORÍGENES
La existencia, yelmo.
Aleación de hierro:
Carne, vida, duelo
tiempos.
Exigua plumilla
cuando circula al viento:
Sangre, llanto, patria
aliento.
Por eso... he de irme
por donde llegué:
Madre...
¡Dilate tu matriz de nuevo!
vuélveme
a mis lejanías de esperma.
- ¿Te ha sucedido alguna vez ver
una ciudad que se parezca a ésta? -
/Italo Calvino/
URBES INFINITAS
La procesión
va por dentro,
árbol
de copas caídas, sin verdor.
Aquel
hombre sin abriles, sin cabellos
arqueado
al conjuro de los años, seco.
Vigías
de las ciudades y sus humaredas
derramada
savia del fruto ausente
en la
corteza del recuerdo, adentro.
Mis raíces
se enredan en sus corpúsculos de asfalto
viajan
en sus hojas
al febril
vaivén del pensamiento.
Inciden
las vertientes,
cruces
en que transmigran mis urbes
opacas
y sin tiempo.
Me adentro
en sus pupilas de argamasa,
por sus
venas de sombras y luces amarillas.
Las luces
ilustradas de las calles. Y
sus faros
nos aglutinan sobre los rieles
como
estación del metro,
suma
de nuestros pasos, pienso:
Los que
suben, los que bajan
y los
que vamos quedando
en la
cuenta inmaculada del calvario.
Desde
éste pináculo de maquetas
mis urbes
y sus mamposterías
tienen
el diseño intacto y negligente
de un
arquitecto de facto.
Las mismas
soledades se repiten.
Idénticas
sus casas aniñadas
con rictus
de pobrezas en las manos.
Sus causes
con más calles, con más carros, nos llevan
a ningún
lado.
Mi ciudad
es suma de vidas, con sus luces,
con sus huellas, nuestros pasos.
Un transeúnte
más por las sendas intestinas del ocaso.
INSOLACIÓN
Afuera, la destemplada fogosidad del sol reseca las hojas de los árboles, se
achicharran y chillan las piedras, en tanto,
yo guarezco a las sombras de
una brisa artificial que refresca mis pensamientos:
Como nunca, Ungaretti me une a la vida: “penetrada/en mi silencio /he escrito/nunca /tan unido
a la vida”.
Whitman remonta
vuelos a la estima del existir que poco antes Cioran había
sepultado, cortado alas, con su pesimismo insolente: “Me celebro y me canto a mí mismo”
Las imágenes comienzan a
aflorar e invaden a las neuronas algunas chispas de inspiración….
Repentinamente,
el silencio ha hecho escala
en otro lugar:
Alguien habla,
suena el teléfono,
tocan la puerta,
el perro ladra, despavorido.
Vuelve la calma.
Ahora, en mi cercana territorialidad, invoco desmoralizada los fecundos
silencios de la casa de Yolanda Pantin:
“La palabra a golpes
desprendida. /Volcada de revés./ La calma es un minuto”.
Pero el largo y tendido grito de un niño, más parecido al llamado
de tarzán, los desgarra.
Salgo de mi escondite, encaro al sol inclemente, a las hojas resecas, a las piedras chamuscadas, también grito…. ¡Déjenme escribir!
Finalmente, el silencio se
ha derretido al sol, a la vez que mi inspiración
EVOCACIÓN
Virtuosos los ojos
prófugos del tiempo.
Me miran
…..a través del olvido.
Arrase
Un ave
nace
en el
cielo festeja
vuelos
de plomo.
SOLA
Todo
es distancia
delante
de mis ojos.
Hasta
mi sombra.
DUELE
No rasga
mi alma
su lengua
de escarpelo.
Pero
la roza.
Inverso
En un poema
el halo
de la vida
vuelve a la muerte.
Al silencioso
Cuerpo
y alma fundes
tú, espíritu
silente
y fiel viajero.